Misión y Filosofía

 

LA MISIÓN

CORAZONES ABIERTOS, MENTES ABIERTAS

La comunidad de la Escuela Católica de San Pedro nutre a todo el niño para desarrollar una pasión de por vida para aprender y vivir las Obras de la Misericordia.

FILOSOFÍA

En la escuela de San Pedro, creemos que...

Dios está en todas las cosas y nos llama a cada uno a crecer en su amor.

Nuestra fe católica nos obliga a crecer en nuestra relación con Dios y a animar el mensaje del evangelio en nuestro mundo. Fomentamos nuestra relación con Dios a través de la instrucción, la oración y la participación en los sacramentos y las misas. Nuestra escuela crea una atmósfera donde todos se sienten seguros y amados como hijos de Dios.

Cada niño es capaz de tener éxito.

Cuando se les brindan los recursos adecuados, junto con el amor, el cuidado y la atención, cada niño tiene la capacidad de aprender. Los educadores tienen altas expectativas de los estudiantes, mientras que enseñan habilidades académicas y de la vida y fomentan una mentalidad de crecimiento. Los educadores apoyan el estilo de aprendizaje individual de cada niño a través de experiencias de aprendizaje variadas y significativas.

Somos una familia - somos una familia - con padres, estudiantes y educadores trabajando juntos.

Los padres son los principales educadores de sus hijos al modelar la fe e inculcar valores como la perseverancia, la amabilidad y el respeto. Los padres y educadores se comunican y trabajan juntos para mejorar las experiencias de aprendizaje del niño dentro y fuera del aula.

Todos los estudiantes y educadores aprenderán y crecerán académicamente, físicamente, espiritualmente, emocionalmente y socialmente.

Debemos garantizar el desarrollo holístico de cada estudiante para que los estudiantes crezcan y se conviertan en individuos completos. Con este fin, los educadores también deben comprometerse con el aprendizaje y el crecimiento a lo largo de toda la vida para instruir, desafiar e inspirar mejor a todos los estudiantes.

Estamos llamados a servir a los demás y nuestro mundo.

Somos los ojos, oídos, manos y pies de Dios en nuestro mundo. Inspirados por el ejemplo de nuestros fundadores, los Hermanos y Hermanas Cristianos de la Misericordia, servimos a través de las Obras Corporales y Espirituales de la Misericordia mientras extendemos la compasión de Dios para satisfacer las necesidades de nuestro mundo.